Este caso es un ejemplo de la recompensa lograda tras largas horas pasadas en quirófano, desvelo por ver la evolución de la herida y del pie y multiples quebraderos de cabeza, pero la verdad, cuando el paciente entra en la consulta con una sonrisa y tan satisfecho por conservar su pie y su indeendencia se te olvidan todos los malos ratos pasados.
Vemos la imagen previa de este paciente de 43 años afecto de una neuropatia severa en extremidades inferiores y manso que desarrolla una grave artropatia de su pie izquierdo:
Tras una cirugia que nos ocupó toda una mañana el resultado a los 3 meses es el siguiente:
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